El alumnado de Infantil del grupo de 3 años A se adentra en el fascinante mundo del pensamiento computacional a través de una actividad desenchufada, utilizando elementos de la naturaleza que nos trae el otoño. Los pequeños exploradores disfrutaron de una mañana llena de descubrimientos, donde el aprendizaje y la diversión se dieron la mano.
Clasificando los Tesoros del Otoño
Para empezar, trajimos al aula diferentes elementos otoñales: setas, hojas de distintos colores y formas, castañas, nueces y otros tesoros que encontramos en el bosque. Los niños se emocionaron al ver y tocar los diferentes objetos naturales.
A partir de ahí, comenzamos con la tarea de clasificación. Aprendieron a agrupar estos elementos según características como el tamaño, el color o el tipo. Fue increíble ver cómo desarrollaban su capacidad de observación y análisis, comparando las hojas y seleccionando las nueces más grandes.

Seriaciones: Descubriendo Patrones
Después, llegó el turno de las seriaciones. Utilizamos los mismos elementos para crear patrones, como secuencias de hojas de diferentes colores o alternar entre castañas y nueces. A través de esta actividad, los niños empezaron a entender la importancia de seguir un orden lógico, una habilidad fundamental del pensamiento computacional.
Un Paso hacia el Pensamiento Lógico
Aunque son pequeños, ya están desarrollando habilidades clave para el futuro. Con estas actividades, los niños aprenden a ordenar, clasificar y seguir patrones, lo que les ayudará más adelante en la resolución de problemas, el razonamiento lógico y la programación.
Conexión con la Naturaleza
Además, al utilizar elementos naturales, también fomentamos su curiosidad y respeto por el medio ambiente. Fue una oportunidad perfecta para conectar el aula con la naturaleza y que los niños aprendan a valorar los pequeños detalles del mundo que los rodea.
¡Estamos emocionados por seguir explorando nuevas formas de aprender a través del juego y el descubrimiento!